29 de Octubre de 1977
El 31 de octubre trae consigo mucho más que calabazas flotantes, esqueletos que cobran vida, y telarañas colgando en los techos. El ‘Dulce o Travesura’ en Hogwarts pasó de moda, y a cambio de ello, se decidió realizar un baile de disfraces con los alumnos del colegio en nada más ni nada menos, que en la Casa de los Gritos. Un poco ordinario, ¿Verdad? Pero en fin, se habla de una decoración sublime, con trampas por doquier, oscuridad densa, y sonidos extraños. Cada puerta, aparentemente tendría una sorpresa detrás, y cada alumno la posibilidad de ser el que la encuentre. Claro que, ¿Quién dijo todas serían buenas? De hecho, dudo que alguna pueda serlo.
Muchos padres de quejaron por el hecho de que sus hijos serían enviados a Hogsmeade, en altas horas de la noche, llevados por los carruajes de siempre, que fácilmente podrían ser secuestrados por otro chófer con intenciones nada sanas. ¡Un poco de exageración nunca viene mal, y hay que ser muy cuidadosos! Pero parece ser que los directivos y profesores de Hogwarts no pensaron que la idea era mala, por lo que mantuvieron en pie la decisión firme. Sin embargo, si se cotillean rumores de aurores camuflados entre los disfraces y entre los adolescentes.
Pero, ¿De verdad podemos confiar en ellos también? ¿Están sus hijos a salvo? No lo sabemos. La confianza ciega es algo que a mí siempre me dio mala espina, pero cada quién hace o dice lo que quiere, mis lectores. Claro que, la culpa sería de Hogwarts si algo llegara a suceder, ¿Acaso no sería grandioso? Pero no queremos que nada malo pueda traer consigo la fiesta, claro que no.
Lo que sí puedo decir, es que en la próxima edición se hablará mucho de los sucesos que se dieron a cabo allí. Los disfraces pueden esconder las identidades para ojos débiles y distraídos, pero no a los míos. Mucho menos a mi pluma redactora, ni tampoco a todos aquellos quienes ávidamente, se encargan de enviarme información. Siempre hay ojos que ven, y oídos que escuchan.
¿Dulce o Travesura? Yo diría que muchos querrán travesura esa noche.
Muchos padres de quejaron por el hecho de que sus hijos serían enviados a Hogsmeade, en altas horas de la noche, llevados por los carruajes de siempre, que fácilmente podrían ser secuestrados por otro chófer con intenciones nada sanas. ¡Un poco de exageración nunca viene mal, y hay que ser muy cuidadosos! Pero parece ser que los directivos y profesores de Hogwarts no pensaron que la idea era mala, por lo que mantuvieron en pie la decisión firme. Sin embargo, si se cotillean rumores de aurores camuflados entre los disfraces y entre los adolescentes.
Pero, ¿De verdad podemos confiar en ellos también? ¿Están sus hijos a salvo? No lo sabemos. La confianza ciega es algo que a mí siempre me dio mala espina, pero cada quién hace o dice lo que quiere, mis lectores. Claro que, la culpa sería de Hogwarts si algo llegara a suceder, ¿Acaso no sería grandioso? Pero no queremos que nada malo pueda traer consigo la fiesta, claro que no.
Lo que sí puedo decir, es que en la próxima edición se hablará mucho de los sucesos que se dieron a cabo allí. Los disfraces pueden esconder las identidades para ojos débiles y distraídos, pero no a los míos. Mucho menos a mi pluma redactora, ni tampoco a todos aquellos quienes ávidamente, se encargan de enviarme información. Siempre hay ojos que ven, y oídos que escuchan.
¿Dulce o Travesura? Yo diría que muchos querrán travesura esa noche.
Elyse Skeeter.
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